Hace pocos días The Guardian publicó un artículo sobre la experiencia de madres a partir de los 50 y comentaba datos recién publicados de la Oficina de Estadística Nacional del Reino Unido, donde el número de mujeres que han dado a luz a partir de los 50 años se cuadruplicó en los últimos años (entre 2001 y 2016 por ejemplo, se contabilizaron 1859 nacimientos en mujeres de más de 50 años y 153 en mujeres de más de 55 años).
El artículo habla de la feliz experiencia de algunas de estas madres, algunas de ellas personajes públicos como actrices y cantantes.
Al leerlo, recordé una charla a la que me invitaron a dar hace pocos meses para la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE), donde expuse pros y contras de una maternidad a estas edades y también, como no puede ser de otra manera, intenté obtener datos científicos sobre qué piensan los niños sobre sus madres o padres de edad avanzada.
Aquí dejo algunos datos para reflexionar:
1. Riesgos y beneficios para la mujer
Riesgos médicos (en mujeres mayores de 45 años) (Guesdon et al 2016; Wennbert et al, 2016): diabetes gestacional, hipertensión, preeclampsia, cesárea, hemorragias post-parto.
Beneficios médicos: No transmisión de enfermedades hereditarias (porque se utilizan óvulos de donante), la preparación del endometrio es más sencilla que la estimulación ovárica para una FIV.
Beneficios psicosociales: mayor seguridad económica y financiera.
2. Riesgos y beneficios para el niño
Riesgos médicos (Guesdon et al, 2016; Zweifel, 2015): muerte neonatal, partos prematuros, peso al nacer menor de 2.5 kg, posibilidad de ingreso en la unidad de cuidados intensivos por diversas patologías, test de Apgar menor o igual a 7 a los 5 minutos de nacidos, riesgo de bajo crecimiento intrauterino con concomitantes secuelas neurológicas.
Además, debemos saber que las niñas nacidas de madres entre 40 y 49 años viven 8.9 años menos que las niñas nacidas de madres entre 20 y 29 años, mientras que los niños viven 5.9 años menos cuando nacen de madres entre 40 y 49 años (Guesdon et al, 2016; Zweifel, 2015).
Riesgos psicosociales (Zweife, 2015): reportan sentimientos de vergüenza sobre la edad de sus padres; dificultades de relacionamiento con padres mayores, refieren que sus padres no juegan con ellos, y sienten que crecen más rápido que sus amigos.
A su vez, plantean tener constantemente miedo a que sus padres se mueran. Cuando esta pérdida se hace real, y se da en la infancia, estos niños tienen mayor riesgo de padecer desórdenes psiquiátricos y fuertes problemas emocionales y de conducta.
Los niños de padres de más de 50 años, presentan menor autoestima y saben que pueden ser, a edades tempranas, cuidadores de sus propios padres. Cuando esto pasa, estos niños o adolescentes presentan mayor riesgo de depresión, ansiedad y problemas de conducta, además de verse obligados a dejar a un lado su vida social con amigos o actividades extraescolares.
Beneficios psicosociales para el niño: menor riesgo a ser expuesto a castigos y abusos (Tearne, 2015), y mayor seguridad económica y financiera.
3. Límite de edad
El límite en la edad de la mujer para realizar un tratamiento de RA es diferente según cada país. En España por ejemplo se intenta no realizar ningún tratamiento a mujeres mayores de 50 años, mientras que en Estados Unidos, el Comité de Etica de la American Society for Reproductive Medicine (2016) amplía ese límite y desaconseje realizar tratamientos de RA a mujeres que superen los 55 años.
Por su parte, la investigación científica ha demostrado que estos padres, cuando ya han logrado tener al deseado hijo, se hacen más concientes de su edad real (aunque se sientan muy bien físicamente) y sobre el impacto negativo que tendría su posible muerte a edades tempranas del niño (Mac Dougall et al, 2012).